El sábado más de 40 Peñas llegaron desde distintos puntos del país para vivir una jornada única en la previa con Boca. Alrededor de 500 fortineros volvieron a Liniers luego de dos años de Pandemia para disfrutar del Polideportivo, de distintas actividades y de poder alentar a Vélez desde la tribuna.
El Estadio José Amalfitani es el epicentro de las mejores emociones que puede vivir el hincha de Vélez. Siempre fue así y mucho más para aquellos fanáticos que, por razones lógicas de distancia, no pueden concurrir habitualmente a ver al Fortín. Sin embargo, cada vez que la ocasión lo permite, todo el ritual que conlleva "venir a casa" se convierte en un acto transformador que revoluciona los sentidos.
Así lo vivieron los integrantes de las Peñas Fortineros Pampeanos y Fortineros Charrúas Peña Darío Tonón (Uruguay), quienes durante la mañana del sábado fueron cálidamente recepcionados por el Departamento de Peñas.
Un total de 120 socios e hinchas resultaron invitados a desandar el camino por las instalaciones del Club: desde el ingreso de los micros de los futbolistas, pasando por la pecera de recepción y la línea de tiempo en el pasillo del Espacio Multifunción II. Como corolario, ingresaron al campo de juego y luego se sacaron fotos con las Copas en el Hall Central.
Ya por la tarde, fueron recibidas más de 40 Peñas del interior del país. A cada uno de los grupos que iban llegando, se les brindó el almuerzo mientras todos disfrutaban del Polideportivo para redondear una tarde maravillosa.
Tampoco faltaron juegos inflables para los más chicos. Con un número que superó los 500 velezanos, cada uno de los integrantes de las Peñas se sacaron fotos con las Copas al mismo tiempo que desplegaron todas sus banderas para ponerle un gran marco a la tarde en casa.